La Planificación Educativa y los Procesos de Gestión del Aprendizaje
[La planificación y los procesos de gestión del aprendizaje en los Centros Educativos]Lic. Francisco Roque Rosario Martí2015 |
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[Un espacio de estudio,
reflexión y construcción de los contenidos fundamentales que constituyen el
núcleo de una de las acciones humanas y del profesional de mayor importancia,
como lo es la previsión]
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Presentación
Se considera
que la planificación, como método de racionalización de los procesos y los
recursos, permite introducir reformas sustanciales e incluso cambios
estructurales en el proceso educativo.
La
planificación educativa es un proceso institucional intencionado y deliberado,
mediante el cual una colectividad busca racionalizar recursos, preparar
decisiones y llevar a cabo la acción educativa prevista, con óptimos
resultados y/o resolver problemas.
El módulo se
constituye en un espacio de estudio, reflexión
y construcción de los contenidos fundamentales que constituyen el núcleo de dos
acciones vitales del ser humano y del profesional: la gestión y la
previsión.
Propósitos
del módulo:
1. Analizar las bases conceptuales
de los cambios necesarios en el Sistema Educativo de la República Dominicana
para justificarlo o criticarlo.
2. Analizar las características del
Modelo Pedagógico propuesto para la Educación en la República Dominicana para
justificarlo o criticarlo.
3. Analizar las características del
Modelo de Gestión de Calidad para los
Centros Educativos, que se propone desde el Ministerio de Educación de la
República Dominicana para explicar su concepto, dimensiones, supuestos,
criterios y valores en que se basa.
4. Establecer la importancia,
principios, carácter instrumental, fases y niveles de concreción de la
planificación educativa.
5.
Comprender el concepto de plan
de clase y sus componentes para construir planes de clases enfocados en el
Modelo pedagógico.
6.
Comprender el concepto de
proyecto de aula y sus componentes para construir proyectos de aula enfocados
en el Modelo pedagógico.
Contenidos:
Unidad 1: Los Cambios necesarios en educación
1.1 Los cambios en el sistema educativo
1.2 El cambio curricular
1.3 Redefinir los objetivos educativos
1.4 Actualización
del profesorado: Formación permanente de
los educadores
1.5 Cambio metodológico
1.6 El nuevo perfil del profesor
1.7 Camino hacia un
nuevo paradigma educativo
Unidad 2: El Modelo
pedagógico propuesto para la educación dominicana
2.1 La revolución epistemológica del
constructivismo
2.2 Principios epistemológicos
constructivistas
2.3 Principios pedagógicos constructivistas
2.4 Bases conceptuales del Modelo
2.5 Premisas del Modelo
2.6 Los materiales educativos en el Modelo
2.7 Instrumentos para la evaluación del
aprendizaje en el Modelo
2.8 Formación docente para el Modelo
Unidad 3: El Modelo de gestión
3.1 Concepto del
Modelo de gestión
3.2 Dimensiones de
la calidad
3.3 Supuestos del
Modelo
3.4 Criterios para
definir y evaluar el Modelo
3.5 Valores que
sustentan el Modelo de Gestión
3.6 El modelo de
gestión en su proceso
3.7 Gestión y
aprendizaje en el Modelo
3.8 El Ciclo de
mejora continua
Unidad 4: La Planificación Educativa
4.1 Concepto de
planificación y planificación educativa.
4.2 Importancia de
la planificación educativa.
4.3 Principios de
la planificación.
4.4 Carácter
instrumental de la planificación
4.5 Fases de la
planificación educativa.
4.6 Niveles de
concreción de la planificación educativa.
4.7 Concepto de
Plan Estratégico
4.8 Concepto de
proyecto de centro
4.9 Concepto de
plan anual
Unidad 5: El plan
de clases y el proyecto de aula
5.1 Concepto de
plan de clase
5.2 Componentes y
fases de elaboración de un plan de clase
5.3 Concepto de
proyecto de aula
5.4 Componentes y
fases de elaboración de un proyecto de aula
Evaluación del módulo
Cada unidad del módulo se considera como una unidad
de trabajo o estudio que los participantes estudian haciendo uso de las
técnicas de lectura y estudio de su dominio. El estudio de las unidades de
trabajo se hará en grupos de no más de cuatro participantes.
Los participantes se avaluarán a partir de:
Asistencia
(AS)
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15 puntos
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Cuatro
auto-evaluaciones / control de lectura
(CL)
|
15 puntos
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Círculos de conferencia (CC)
|
10 puntos
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Exposición final (PC)
|
20 puntos
|
Sub-total
(60% de la nota)
|
60 puntos
|
Cuatro trabajos para presentar en:
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Un trabajo
final (40% de la nota) (PP)
|
40 puntos
|
Total
|
100 puntos
|
Este trabajo
final lo conforman el conjunto de “trabajos para presentar” realizados por cada
participante o grupo, en el transcurso del módulo. Se reunirá con el título de
“Experiencias de planificación
educativa” y será presentado en formato monográfico con todos los componentes
requeridos en una monografía.
Unidad 1:
Los Cambios necesarios
en educación
1.1 Los cambios en el sistema educativo
1.2 El cambio curricular
1.3 Redefinir los objetivos educativos
1.4 Actualización del profesorado:
Formación permanente de los educadores
1.5 Cambio metodológico
1.6 El nuevo perfil del profesor
1.7 Camino hacia un nuevo paradigma
educativo
Trabajo
para presentar:
· Reseña sobre los Cambios
necesarios en educación.
LOS CAMBIOS NECESARIOS EN LA EDUCACIÓN
Tomado de:
Tébar Belmonte, L. (2003) El perfil del profesor mediador.
Madrid: Aula XXI / Santillana.
Los
logros más importantes de la humanidad respecto de la educación constituyen una
serie de derechos que van expendiéndose y consolidándose sin cesar. En razón de
los distintos procesos de estas conquistas, los cambios educativos deberán
entenderse en cada contexto sociocultural.
La
misma sociedad, en su dinámica innovadora, en su búsqueda de soluciones a los
problemas que cada día le acucian, crea situaciones límite, crisis imprevistas.
Con un sentido globalizador e integral de los conflictos que se generan, toda
la sociedad necesita unir fuerzas responsablemente y movilizarse para buscar
soluciones a una problemática mundial de «desfase humano», así definida por el
Club de Roma, para expresar «la distancia que media entre la creciente
complejidad y nuestra capacidad para hacerle frente». Hoy debemos enfocar todos
los problemas desde la interdisciplinariedad, por las enormes implicaciones que salpican a otros temas. Se
trata de «redes de viejos y nuevos problemas que se refuerzan mutuamente. Es
prácticamente imposible trazar un mapa de esta complicada red de problemas. En
términos generales, mientras, a primera vista, el progreso continúa, la
humanidad ha empezado a perder terreno,
en estos momentos atraviesa por una fase de declive cultural, espiritual y
ético, si es que no existencial…, convirtiendo así el desfase en un abismo» (Botkin, J. W. Elmandjira, M. y Malitza, M.,
1979: 15).
A lo largo
del tiempo vienen coexistiendo una serie de factores que, a juicio del profesor Delval, hacen precisas reformas
profundas en la educación: «a) factores
sociales, en referencia a lograr sociedades democráticas, que todos
tengan acceso a la educación y a los recursos comunes, etc., b) ampliación de
los contenidos y los conocimientos que se transmiten en la escuela, y c) llegar
a un mejor conocimiento del mecanismo de aprendizaje y de desarrollo del
niño» (Delval, J., 1992:8). Nos
explicita después los cambios sociales, que podrían resumirse en:
- «Inserción de la escuela
en el ambiente que le rodea, facilitando la participación en la actividad
escolar de maestros, padres y otros adultos del entorno.
- Cambio de la actividad
escolar hacia el análisis de la realidad en vez de hacia la transmisión de
conocimientos.
- Cambio de la estructura de
las escuelas para convertirlas en centros de recursos para el aprendizaje.
Las aulas deben transformarse en laboratorios desde los que analizar la
realidad» (If., op. Cit.:15).
Pretender una enumeración de los
problemas sería interminable, por ello nos referiremos a los que tienen directa
incidencia en el ámbito educativo. Unos tienen alcances cuantitativos y otros
cualitativos. A éstos se refiere Lesourne,
cuando enumera los problemas más frecuentes: «el fracaso escolar, la
democratización, la calidad de la enseñanza, el reclutamiento y la formación de
los docentes, la relación entre la enseñanza general y la enseñanza técnica, el
acceso a la enseñanza general y la enseñanza técnica, el acceso a la enseñanza
superior» (Lesourne, J., 1993: 88).
Hay todo un conjunto de limitaciones
educativas y problemas institucionales y
profesionales, que percuten en un abandono casi total del educando, al
ser relegado a un lugar secundario entre las preocupaciones educativas, que
generan problemas de fracaso y lento desarrollo en todo su ser. Toda esta serie
de carencias básicas de ayuda, de orientación y de estímulos dan lugar a otros
tantos síntomas que R. Reuerstein aglutina con el nombre de síndrome de
privación cultural o carencia de experiencia de aprendizaje mediado
(Feuerstein, R., et al., 1980:13). La
educación debe cambiar radicalmente en este doble sentido: reconocer el rol
insustituible del profesor mediador y devolver al educando su total
protagonismo en la construcción de sus conocimientos y en su desarrollo
integral. La renovación educativa precisa de mediadores que propicien la
experiencia de aprendizaje mediado, ayuden a cada alumno a despertar su potencial
dormido y aprendan a utilizarlo con
toda intensidad en su vida.
En el libro blanco de la Comisión
Europea encontramos definidas las tres grandes tendencias transversales o los
tres impulsos motores del cambio: «la globalización de los intercambios, el
advenimiento de la sociedad de la información y la aceleración de la revolución
científica y técnica» (Libro blanco: CECA, 1995: 22).
¿Qué elementos escolares necesitan ser
cambiados? Surgen las más diversas respuestas, provocadas por las urgencias y prioridades,
aunque debajo pervivan unas metas muy concurrentes. Gran parte de las
propuestas de cambio apuntan al profesor, a la profesionalidad pedagógica, a la
praxis y metodología del aula (Wise, A. E. en Sergiovanni, T. J., 1989: 305).
Las más recientes experiencias evaluativas reflejan una carencia en los
procesos y en las coherencias metodológicas de los equipos pedagógicos.
Difícilmente se puede renovar la educación si no se logra instaurar una
filosofía cooperativa y de equipo que marque procesos continuados en todas las
etapas de la educación.
Recorreremos algunos de los problemas
que requieren soluciones o cambios en profundidad y su relación con nuestra
propuesta de un nuevo paradigma educativo.
Los cambios en el sistema educativo
Ante
todo nos debemos
preguntar: ¿Por qué el
cambio o la
necesidad de un
nuevo modelo de escuela? Los intentos de renovación de la educación se
proponen objetivos más ambiciosos, logros más altos de calidad, eliminación de
las causas del fracaso o del abandono escolar, al par que se intentan mayores
cotas de calidad y la ampliación del acceso a niveles más elevados de formación
entre la población. Las motivaciones
apuntadas anteriormente nos remiten a otras causas que determinan la diversidad
de los cambios. El proyecto para Reforma de la Enseñanza en España, tras exponer la necesidad urgente
e irrenunciable de aplicar determinados principios, y especialmente el de la
diversificación en la acción educativa, afirma que su implantación efectiva
exige cambios profundos en la organización y el funcionamiento de la escuela y
aclara después que esos cambios implican «un nuevo modo de concluir la clase»
(MEC, 1990: 90). Nos hallamos, pues, en el intento de forjar un nuevo modelo de
escuela. La escuela debe estar en el centro del cambio (Sirotnik, K. A., 1989:
89).
Tratando de sintetizar las
consecuencias del cambio educativo, el profesor Mencía afirma que el nuevo modelo de la escuela
pasa por romper con el viejo, apuntando
estas tres rupturas:
a)
Lo primero es esa
idea que hoy tienen la mayoría de los profesores de que lo más importante en
clase es su enseñanza, lo que ellos dicen, lo que hacen, lo que piensan, lo que
deciden, lo que organizan. Pues bien, el profesor tiene que romper con esa
idea, tiene que salir de ese error y admitir que lo más importante es el
aprender de los alumnos, lo que éstos descubren, lo que hacen, lo que piensan,
lo que dicen, lo que proyectan y organizan, con la ayuda, orientación y
mediación del profesor, que actúa desde
un segundo plano;
b)
Los profesores,
los alumnos y toda la sociedad necesitan romper con la idea de que el principal
cometido de la escuela es transmitir conocimientos;
c)
Es necesario
romper, desde el punto de vista de la práctica docente, con los actuales
módulos organizativos de espacios, de tiempos y de modos de hacer, para dar
lugar a la diversidad educativa y a la implantación de una pedagogía
diferenciada (Mencía, E., 1993: 52).
César Coll analiza aquellos elementos
que han impedido a la Reforma producir
los objetivos para los que fue elaborada y propone una serie de «medidas
para estimular y promover un interés
social constante por la mejora de la calidad en la educación:
- Definir
con claridad lo
que la sociedad espera
de la educación escolar;
- Establecer un currículo básico para todos los
alumnos y fijar las condiciones de opcionalidad curricular;
- Asegurar una buena formación inicial de los
profesores y ofrecerles oportunidades adecuadas para continuar y
profundizar su desarrollo
profesional:
- Prescribir unas formas de organización y
funcionamiento de los centros
escolares que sean sólidas, ágiles y flexibles;
- Asegurar a todos los centros los recursos
materiales, técnicos y humanos necesarios;
- Supervisar el rendimiento de las escuelas con el fin
de garantizar unos resultados satisfactorios, identificando las que no
funcionan o forzándolas a mejorar;
- Y por encima de todo lo anterior, proteger el
ejercicio responsable de la autonomía y la libertad de acción de todos y
cada uno de los centros escolares» (Coll, C., 1990: 73).
Se han dado las respuestas más diversas
a la cuestión sobre los cambios que deben producirse en la escuela. Ante la
diversidad de problemas siempre encontraremos situaciones nuevas y complejas,
por eso Husén propone los dos requisitos previos a cualquier cambio educativo:
«contar con profesores competentes y comprometidos y disponer de recursos,
tanto materiales como culturales, contando siempre con el apoyo de los padres»
(Husén, T., 1987: 29).
Son muchos los educadores que
participan de la convicción del profesor Luís Alberto Machado, el impulsor del
Proyecto Inteligencia en Venezuela, cuando habla de instaurar en cada centro la
«revolución de la inteligencia», donde a los niños se les enseñe a pensar cada
día, como una materia específica (Machado, L. A., 1975: 118). El cambio de la
escuela sólo podrá realizarse cuando cambie el papel del alumno en ella.
El cambio curricular
Al tratar del currículo nos acercamos a
la comprensión de la enseñanza obligatoria, a la comprensión de la
escolarización y a los mecanismos de selección y planificación de los
contenidos en relación a una cultura. Currículo y sociedad tienen una influencia recíproca, de
ahí el sumo interés que tiene el
estudio de los determinantes de los contenidos de los currículos en
relación al pensamiento educativo, a la formación básica para las profesiones.
Como nos dice Gimeneo Sacristán, citando a Kemmis: «La misma ordenación del
currículo por parte del Estado es una forma de intervenir en la diferenciación
laboral- profesional, separando por
especialidades y jerarquizando por ocupaciones» (Gimeneo Sacristán, J. y Pérez
Gómez, A., 1989: 190).
La nueva era del conocimiento sitúa a
la educación en el centro mismo de la sociedad, pero con una proyección
abierta, pues la educación debe prolongarse a lo largo de toda la vida, como compañera del
desarrollo incesante de la persona. Valores y saberes deben conjugarse en total
armonía, presidiendo la maduración integral de cada ser. J. Delors resume los
pilares de la educación en cuatro tipos de aprendizaje:
a)
Aprender a
conocer,
b)
Aprender a hacer,
c)
Aprender a vivir
juntos, aprender a vivir con los demás,
d)
Aprender a ser
(Delors, J., 1996: 96).
¿Cuáles son los contenidos de la
educación ante la sociedad futura? La proyección europeísta y mundial de los
conocimientos impone hoy una opción curricular flexible, acorde con los cambios
vertiginosos de los saberes y el acceso fácil a las fuentes de la información.
Se impone la lógica apertura cada vez mayor de los programas para que puedan
tener mayor vigencia al concluir el período de formación. Coombs propone que
«los contenidos curriculares prioritarios han de ser aquellos que, además de
resultar relevantes para el futuro, promuevan el desarrollo de destrezas
básicas fundamentales y conduzcan a la preparación del individuo para la
asimilación de aprendizajes polivalentes» (Coombs, P. H., 1987: 18). Explicita
estos contenidos en tres bloques: a) contenidos en el ámbito del conocimiento;
b) contenidos en el ámbito de las destrezas y c) contenidos en el ámbito de las
actitudes.
La revisión de los programas de
enseñanza tratan de verificar su pertinencia y actualidad, como proyectos de
formación y preparación de los educandos para su inserción en la vida social. Hoy
se proponen cuatro ejes de trabajo en la reformulación de los currículos:
a)
Llenar las lagunas
de los programas, descubiertas en la práctica y con el paso del tiempo.
b)
Repensar la
estructura de los programas: Todo debe estar articulado con coherencia, evitando
la simple yuxtaposición, para articular una nueva arquitectura de los programas
según los objetivos interdiscipli nares propuestos en cada etapa escolar.
c)
Saber identificar
lo esencial: Los programas tienden a encontrarse en aquellos elementos que aportan
lo nuclear para la formación de competencias, en vistas a posibilitar la
movilidad de los estudiantes por distintos centros de formación, la preparación
para estudios superiores, el acceso al trabajo y la integración del sujeto en
la sociedad.
d)
Asegurar la
adquisición de unas competencias clave. Ser competente consiste en saber
activar, en una situación dada, los conocimientos y las experiencias
adquiridas. En el simposio sobre «Competencias clave para Europa» se nos
presenta un amplio repertorio (40 ítems) en torno a habilidades genéricas como:
aprender, buscar, pensar, comunicar, cooperar, emprender, adaptarse (Consejo de
Europa, 1996: 44).
Redefinir los objetivos educativos
Las utopías en educación descienden a
las realidades concretas para definir hacia dónde quieren encaminarse y qué
logros deben obtener y evaluar. Por eso se ha llamado a la Pedagogía la ciencia
de los objetivos. Sin embargo, las múltiples realidades educativas requieren
una adecuación de los objetivos y de las finalidades últimas elegidas. Ante una
juventud en riesgo, ante unos grupos humanos excluidos, privados de cultura, en situaciones límite de
pobreza o cargados de deficiencias
madurativas, los objetivos deben acomodarse a cada situación real.
La calidad siempre será relativa y se
deberá medir por el logro de los objetivos adecuados a las circunstancias:
«Para hacer frente a los retos del siglo XXI, sería indispensable asignar
nuevos objetivos a la educación y, por consiguiente, modificar la idea que nos
hacemos de su utilidad. Una nueva concepción más amplia de la educación debería
llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades
creativas, actualizando así el tesoro escondido en cada uno de nosotros… la realización de la persona;
que toda ella aprenda a ser (…), aprenda a conocer, aprenda a hacer y aprenda a
vivir con los demás» (Delors, J., 1996: 96).
Actualización del
profesorado. Formación permanente de los educadores
Nos hallamos ante el tema crucial para
asegurar toda transformación educativa. Existe una clara convicción en los
investigadores de potenciar la formación de los
educadores para poder garantizar la calidad del proceso educador. Como
muy acertadamente señala Pérez Gómez, «la función del docente y los procesos de
su formación y desarrollo profesional deben considerarse en relación con los
diferentes modos de concebir la práctica educativa» (Pérez Gómez, A. I. en:
Gimeno Sacristán,
J., 1995: 399).
Por lo tanto, la perspectivas desde las
que debemos contemplar la formación inicial y permanente del profesor son
diversas, según que consideremos la preparación y expansión de una profesión
como actividad artesanal, como una ciencia aplicada y una técnica o bien si la
consideramos como una actividad critica y al docente como a un profesional
autónomo que investiga reflexionando sobre su practica. Siguiendo a Pérez Gómez, encontramos cuatro
enfoques formativos:
a)
Formación
académica, en su doble vertiente enciclopédica y comprensiva de transmisión y
asimilación de conocimientos.
b)
Formación técnica;
vista como modelo de entrenamiento, como preparación para la toma de
decisiones, para el conocimiento profesional. Encontramos aquí una dimensión
fundamental para hacer del maestro un investigador con bases firmes en una
formación universitaria especializada.
c)
Formación práctica
que capacite al educador para una actividad compleja, en la que interactúan
múltiples agentes en los más diversos escenarios y con un proceso que
evoluciona a través del tiempo de forma imprevisible.
d)
Formación para la
construcción social de la persona. Un enfoque enraizado en las bases mismas de
la educación y en las finalidades últimas de todo proceso educativo: que el
educando sepa darse un proyecto de vida, con actitudes, valores y destrezas que
le permitan adaptarse a las situaciones laborales y sociales imprevistas.
Al final del análisis del «personal
docente en busca de nuevas perspectivas», Delors apunta estas pistas formativas
y recomendaciones:
a)
Reconocimiento de
la labor del maestro, pues sabiendo que es muy diversa la situación psicológica
y material de los docentes, es indispensable revalorizar su estatus para que la
«educación a lo largo de la vida» cumpla su misión clave en nuestra sociedad.
b)
Buscar formas de
multiplicar la concertación y asociación con las familias, los círculos
económicos, el mundo de las asociaciones, los agentes de vida cultural para
lograr una noción de «sociedad educativa» en la que se ofrecen múltiples
ocasiones para formarse.
c)
Organizar la vida
de los docentes de modo que tengan la obligación de perfeccionar su arte y de aprovechar las
experiencias realizadas en las distintas esferas de la vida económica, social y
cultural.
d)
Es indispensable
posibilitar la incorporación del profesor en trabajos de equipo que garanticen
el camino de la mejora de la calidad educativa.
e)
Favorecer la
apertura y el constante enriquecimiento del profesor por los intercambios y
asociación entre profesores e instituciones.
f)
Asegurar un clima
de diálogo y buena relación con las organizaciones de la profesión docente,
esforzándose en superar el carácter puramente corporativo y laboral (Delors,
J., 1996: 176).
Cambio metodológico
Aludimos a «la teoría genética como
fuente de inspiración de métodos de enseñanza», que, «partiendo de la
concepción constructivita del conocimiento,
postula la teoría genética con el fin de elaborar propuestas relativas a
la metodología de la intervención didáctica» (Coll, C., 1989: 34).
a)
Individualización
o personalización que asegure el acompañamiento y autorización, que se acomodan al ritmo de
aprendizaje y a las necesidades individuales.
b)
La participación
que motiva, responsabiliza a todos los implicados en el acto educativo y crea
vínculos enriquecedores en todo el proceso.
c)
La apertura al
cambio de herramientas y reajuste de los ritmos y planes establecidos.
El complejo mundo de los aprendizajes
exige unas transformaciones metodológicas peculiares para cada situación y
acordes con la pedagogía diferencial y las didácticas especiales. Por ello «la
metodología didáctica debe enfocarse desde la
perspectiva de la promoción de actitudes positivas hacia:
- El aprendizaje continuado, más allá de la conclusión
de los estudios for-males;
- La innovación en el propio trabajo;
- La conexión entre la investigación, el desarrollo y
las aplicaciones;
- El trabajo en equipo;
- La necesidad de contribuir a poner la tecnología al
servicio de la problemática social y de la dignidad humana» (Vásquez
Gómez, G., 1987: 70).
Tudesco apunta el desafío de la
colaboración y la intercomunicación entre los profesionales de la educación:
«Promover la cohesión entre las instituciones educativas a partir de elementos
comunes presentes en el proyecto de cada institución. La nueva articulación
entre la autonomía de los establecimientos y la necesaria cohesión entre ellos es el concepto de red.
El motor de la revolución actualmente en marcha (…) es un conjunto de técnicas,
de modos de organización y de instrumentos relacionales» (Tudesco, J. C., 1995:
156).
El nuevo perfil de profesor
El profesor es la pieza clave de todo
el sistema educativo. El nuevo papel de la educación y el conocimiento en la
sociedad supone redefinir también el papel de los educadores. Girou nos
apercibe en nuestro intento: «Toda tentativa de formular de nuevo el papel de
los educadores ha de empezar con la cuestión general de cómo se ha de contemplar el cometido de la
instrucción escolar. Personalmente, creo que la necesidad de contemplar las
escuelas como esferas públicas democráticas es central para una pedagogía
crítica viable. Esto significa que las escuelas se han de ver como lugares
democráticos dedicados a potenciar, de diversas formas, a la persona y a la
sociedad» (Girou, H. A., 1997: 34).
Otra idea fuerza de donde debe partir
la definición de la nueva identidad del profesor nos la brinda Esteve en su
conocido estudio en torno al «malestar docente», apuntando a una toma de conciencia general de
la identidad del educador: «Nuestra sociedad y nuestros profesores necesitan
redefinir los valores en los que creen, los objetivos por los que trabajan y el
tipo de hombre que quieren formar»
(Esteve, J. M., 1987: 12).
Rasgos indispensables del profesor en su acción
pedagógica
La formación del maestro se va
definiendo cada día con más complejidad, pues se le van asignando misiones que la sociedad o
la familia relegan de sus cometidos. Por
esta razón se van añadiendo con más frecuencia rasgos que antes se quedaban en
un segundo orden. Encontramos distintos repertorios de cualidades
indispensables del enseñante:
- Competencias pedagógicas.
- Madurez y estabilidad emocional.
- Conocimiento de la materia que debe enseñar.
- Comprensión de los procesos de desarrollo del niño.
- Preocupación y respeto hacia las personas de los
alumnos.
- Capacidad de adaptación al equipo docente.
- Toma de conciencia de escuela, situada en su marco
social.
- Espíritu abierto y dinámico (Freeman, J., 1993:
204).
Pero no basta con quedarnos con listas
exhaustivas de virtudes, que el maestro debe poner al servicio de las
capacidades del alumno, si no vamos al fondo de los problemas que más
deterioran la identidad de los docentes: su desmotivación, la pérdida de
sentido y prestigio social de su trabajo, la falta de puntos referenciales en
los criterios y valores, la incertidumbre del futuro de sus metas actuales,
etc. (Tudesco, J. C., 1995: 52).
Los niveles de exigencia en la
formación han ido determinando en ocasiones un estilo de profesor acomodado,
carente de inquietudes y poco creativo. Por este motivo, la formación y
actualización psicopedagógica, como propone Coll a propósito de la formación
constructivista, «da nuevos recursos al maestro para poder comparar materias
curriculares, para elaborar instrumentos de evaluación coherentes con lo que se
enseña, para elaborar unidades didácticas, etc. Paralelamente, aporta criterios
para comprender lo que ocurre en el aula; por qué un alumno no aprende; por qué
esa unidad cuidadosamente planificado no funcionó; por qué a veces el profesor
no tiene indicadores que le permitan ayudar a sus alumnos» (Coll, C., 1995:
20).
Atendiendo al papel estricto de
organizador de los aprendizajes en el aula que el profesor realiza, encontramos
tres funciones diferenciadas: a) el modelo organizador-observador, en él el
profesor es transmisor de conocimientos, planifica y organiza las actividades;
b) el modelo observador-facilitador permite a los alumnos elegir el qué, cómo y
cuándo del proceso de enseñanza-aprendizaje; el profesor se limita a atender
las demandas de material o de información que se precisen; y c) el modelo
observador-i nterventor en el que el profesor crea situaciones de aprendizaje
con las condiciones necesarias para que el alumno llegue a construir el
conocimiento (Martín, E. y Ferrandis, A., 1992: 36).
Pero, más que finarnos en la necesidad
de una mayor profesionalidad, nos dice Tudesco que parece más oportuno
identificar las principales características del trabajo docente en el marco de
los nuevos desafíos educativos. Partiendo de esta consideración propone una
serie de rasgos:
a)
El educador debe
sentirse plenamente implicado en el equipo docente, desde la elaboración del
proyecto educativo hasta la gestión, negociación, enseñanza, evaluación,
investigación, etc.
b)
Debe promover la
innovación, rompiendo el inmovilismo con compromisos concretos y participación
activa en los dominios de su especialidad.
c)
Fortalecer los
ámbitos donde tiene lugar la formación básica. Esta formación básica demanda
mayores niveles de profesionalidad, especialmente pedagógica.
d)
La evolución
acelerada del conocimiento precisará estar muy cerca de donde se produce y se
utiliza el conocimiento. Se prefiguran dos sectores de docentes: los «docentes
básicos», La evolución acelerada del conocimiento precisará estar muy cerca de
donde se produce y se utiliza el conocimiento. Se prefi-guran dos sectores de
docentes: los «docentes básicos»,
e)
Militancia y
compromiso de los docentes con los objetivos de la tarea educativa. Participar
en la elaboración del proyecto del centro, adhesión a sus principios y entrega
en la tarea de formar la persona de los alumnos en el marco de una propuesta
democrática implica asumir los valores de la democracia en forma activa
(Tudesco, J., 1995: 165).
Lesourne, pensando en la sociedad del
2000, cree que «ningún otro oficio ofrece, a largo plazo, consecuencias tan
importantes sobre el porvenir de la sociedad (francesa)», y aventura un diseño
del perfil del docente que espera la sociedad del futuro. «Deberá ser un
individuo reclutado, a la vez, por su saber y por su capacidad para asumir en
plenitud la tarea de educador. Un individuo que haya tenido con bastante
frecuencia otra experiencia profesional y social. Un individuo a quien se le
ofrece una tarea de suficiente variedad para que le resulte estimulante. Un
individuo con márgenes de iniciativas reales, decidido a sacar partido, tanto
del ejercicio personal de su función como miembro del equipo pedagógico de su
establecimiento. Un individuo pronto a
reconocer que el ejercicio de su profesión supone una evaluación de las
actuaciones tanto personales como colectivas y que admite las consecuencias que
de la misma puedan extraerse. Un individuo capaz, por su trabajo, de influir en
su remuneración y en su carrera. Un individuo abierto a las múltiples
dimensiones de la vida social. Un individuo respetado socialmente, como persona
y como profesional» (Lesourne, J., 1993: 319).
En su interesante y ameno recorrido por
las vicisitudes entre «aprendiz y maestro», Pozo sintetiza en cinco las
funciones profesionales del maestro y describe con ironía estas diversas
profesiones del maestro.
a)
Maestro proveedor
o suministrador de conocimientos;
b)
Modelo de
comportamientos emular;
c)
Entrenador de sus
aprendices;
d)
Tutor o guía,
e)
Asesor de
aprendizajes o director de investigación (Pozo, J. I., 1996: 332).
La caracterización del trabajo
profesional del educador debe estar enmarcada en el nivel de autoestima que
siente, en la autonomía, en la capacidad para asumir responsabilidades, con sus
ricas facetas de investigador, intelectual, crítico, creativo, transformador,
etc.. La realidad del sistema educativo configura estos rasgos.
El profesor ideal
Difícilmente podrá tenerse en pie un
constructo que choca con la realidad de la «cambiante función del profesor»
(Goble, N. M. y Porter, J. F., 1980: 87), con las limitaciones que impone la
realidad y los condicionamientos de actualización y readaptaciones a la
asunción de competencias cada días más imprevisibles y dispares.
Incluido en el análisis de la eficacia
docente, pero desde la perspectiva que juzga el punto de vista de los alumnos
sobre el profesor, encontramos dos dimensiones básicas de la percepción del
profesor ideal:
a)
La dimensión
didáctica (que sepa explicar, que sea justo calificando, etcétera);
b)
La dimensión
pedagógica (orientar, motivar), que confirma el perfil básico deseado por los
alumnos.
Existen, además, cinco factores o
dimensiones en el constructo del «profesor ideal» que podrían considerarse como
el perfil diferenciador y que están asociados a algunas características de los
alumnos (sexo, clase social, tipo de centro, rendimiento, etc.). Tales factores
o dimensiones son: físico-deportiva, personal y de relación; humorística; de
imposición y exigencia y organizativa (Egido, I. et al., 1993: 62).
El ideal para Stenhouse es convertir a
todo profesor en investigador de su propia actuación docente (Stenhouse, L.,
1991: 195), de la escuela y de sus propios compañeros, para aumentar
progresivamente en la comprensión de su propia labor y en el perfeccionamiento
de la enseñanza. El educador aprende cada día, se modifica a medida que quiere
estar al nivel que demanda sus educandos, constata los hallazgos de la
investigación sobre las experiencias de enseñanza-aprendizaje y los incorpora a
la práctica docente (Martínez, C., 1993: 50).
Perfil del profesor mediador
Quedaría incompleta la referencia de
los constructores revisados, si no incidiéramos en el modelo y el constructo
del aprendizaje mediado, desarrollado por Feuerstein (1980) a través del PEI,
en el que el paradigma de la mediación determina un estilo de relación
educativa, en el proceso de modificabilidad cognitiva estructural de los
educandos. La responsabilidad primordial del profesor mediador es potenciar el
rendimiento del educando.
El paradigma «mediacional» (teacher
decisión making), «centrado en el profesor, supone una perspectiva
específicamente situada en el ámbito de la enseñanza más que en el ámbito del
aprendizaje»…
Dejaremos para otro capítulo la
minuciosa explicación de los rasgos de este perfil del mediador, al ser él la
opción pedagógica que nos orienta en la solución a los cambios que debe
realizar el profesor que se enfrenta al nuevo paradigma educacional. Tan sólo
ahora hacemos una síntesis de las características del profesor mediador, de la
mano de la profesora Prieto (1991: 47):
- Es un experto y como tal domina los contenidos
curriculares, planificada, anticipa los problemas y soluciones, revisa las
fases del proceso de aprendizaje.
- Establece metas: favorece la perseverancia,
desarrolla hábitos de estudio y fomenta la autoestima y la metacognición.
- Tiene la intención de facilitar el aprendizaje,
significativo: favorece la trascendencia, guía el desarrollo de
estrategias, enrique las habilidades básicas superando las dificultades.
- Anima a la búsqueda de la novedad: fomenta la
curiosidad intelectual, la originalidad y el pensamiento divergente.
- Potencia el sentimiento de capacidad: favorece una
autoimagen, crea una dinámica de interés por alcanzar nuevas metas.
- Enseña qué hacer, cómo, cuándo y por qué: ayuda a
cambiar el estilo cognitivo de los estudiantes controlando su
impulsividad.
- Comparte las experiencias de aprendizaje con los
alumnos: potencia la discusión reflexiva y fomenta la empatía con el
grupo.
- Atiende a las diferencias individuales de los
alumnos: diseña criterios y procedimientos para hacer explicitas las
diferencias psicológicas de los estudiantes, potencia el trabajo
individual, independiente y original.
- Desarrolla en los alumnos actitudes positivas:
haciéndoles vivir unos valores para que los hagan operativos en su
conducta dentro de su realidad sociocultural.
Cabría añadir a este resumen de rasgos
del profesor mediador la actitud automodificadora que alimenta el sistema de
creencias del mediador, ya que él mismo debe adaptarse, cambiar de
procedimientos, planes y recursos para lograr la modificación y la corrección
de las funciones cognitivas deficientes en los educandos.
CONCLUSIÓN: EL CAMINO HACIA UN NUEVO PARADIGMA EDUCATIVO
La necesidad de formular un nuevo
paradigma viene planteada por la falta de validez del marco técnico teórico-práctico
utilizado hasta hoy en nuestra práctica docente.
Seguimos resolviendo problemas cada día
más complejos con el mismo modelo pedagógico del pasado. Todo ello es la
resultante de no tener planteado, como sociedad, el tipo de hombre que queremos
formar, el perfil de educador que precisamos para esos logros y los medios que
vamos a necesitar. Aunque haya amagos de cambio o de incorporar elementos
renovadores a nuestra pedagogía, nuestros deseos de cambiar chocan con los
condicionamientos estructurales más diversos. Necesitamos cuestionarnos qué
aspectos deben cambiar y cuál es nuestra propuesta alternativa al paradigma que
tácitamente estamos manteniendo.
En 1962, Thomas Khun (1992) introdujo
el concepto de «cambio de paradigma». Un paradigma es «un marco conceptual que
ofrece una visión particular de una realidad. Es pues, un conjunto explícito de
opiniones, de creencias, de valores, de concepciones y de teorías integradoras
de una estructura intelectual que permite comprender, interpretar y explicar
una realidad o ciertos aspectos de la realidad» (Noiseux, G., 1997: 147).
Existen decenas de paradigmas, pero nos interesan especialmente los
relacionados con la cognición, el aprendizaje y la intervención educativa.
Dada su importancia en la aportación de
nuestro trabajo no podemos eludir otras definiciones que nos ayuden a entender
su amplio significado. Respaldándose en sus hallazgos, Patton define el
paradigma como: «Una visión del mundo real. Como tales, los paradigmas se
hallan profundamente fijados en la socialización de adictos y profesionales;
los paradigmas les dicen lo que es importante, legítimo y razonable. Los paradigmas son también normativos: señalan al
profesional lo que ha de hacer sin necesidad de prolongadas consideraciones
existenciales o epistemológicas» (Cook, T. D. y Reinchart, Ch., S., 1986: 28).
El término paradigma designa un principio, una idea o un conjunto de principios
e ideas, un modelo, una aproximación con los métodos a los que las personas de
un grupo convienen en adherirse y en los que inspirar su actividad. A nosotros
nos van a servir de indicadores para integrar la estructura de nuestro modelo
pedagógico implícito.
Un paradigma mediador será, por lo
tanto, un referencial pedagógico plural, que deberá integrar los elementos de
los cinco paradigmas anteriores y los elementos peculiares de la teoría sobre la mediación desarrollada en el
PEI del profesor R. Feuerstein.
Podríamos sintetizar en qué consisten
los dos elementos esenciales del nuevo paradigma, siguiendo a Mencía: 1) en dar
el protagonismo que ha de tener el alumno en la construcción de los
aprendizajes, y 2) en la creación de situaciones escolares que respondan a
planteamientos de una pedagogía diferenciada. La novedad del paradigma la
encontramos, además de situar al educando en el centro del proceso de
enseñanza-aprendizaje significativo, en los componentes de esa educación
diversificadora:
- Se diversifican los espacios para encontrar ámbitos
favorables de estudio, dentro y fuera del mismo centro educativo.
- Se diversifican los objetivos en función del tipo de
trabajo y de los ritmos de aprendizaje.
- Se diversifican los objetivos formativos, atendiendo
a las capacidades y logros que se observen sistemáticamente en los
educandos.
- Se diversifican los libros de texto y el material
documental y didáctico para atender a los estilo cognitivos y a las
posibilidades de los alumnos.
- Se diversifican los proyectos personales de los
alumnos, adaptándolos tanto al nivel de inicio como de progresiva
realización y según sus ritmos y aprendizajes (Mencía, E., 1993: 54).
Ante este panorama nos formulamos la
decisiva cuestión: ¿qué deberán hacer las escuelas para asumir este cambio
paradigmático? La respuesta anticipatorio de Fogarty nos propone siete caminos
de solución a este desafío:
- Centrar el currículo en formar habilidades de
pensamiento.
- Cambiar la modalidad metodológica, acercándolo a un
método cooperativo donde estén presentes las técnicas informáticas.
- Control énfasis en el desarrollo del equipo – staff
– para la formación en programas que busquen la calidad.
- Crear redes con otros centros e instituciones y
colaboradores de la educación.
- Reestructurar e impulsar las experiencias de
aprendizaje.
Reconocer que los instrumentos de hoy
deben reestructurar la escuela del futuro, pero hay que preparar ese futuro ya
desde ahora con voluntad» (Fogarty, R. y Bellanca, J. en: Costa, A., 1992: 22).
A modo de conclusión sobre el cambio
paradigmático que proponemos, resaltaremos la necesidad de recuperar el sentido
de la misión educativa de toda la sociedad. Siendo conscientes del componente
utópico que tiene la educación, la idea de perfección y de mejora de las
personas nos remite a la dificultad de concretar las metas y objetivos que
debemos ambicionar, así como a los límites del trabajo educativo y a los medios
para realizarlo. No podemos perder de vista el impacto de las aportaciones
tecnológicas sobre el conocimiento y sobre el aprendizaje, en particular. El
educando inicia una etapa de formación que se prolongará toda su vida; por lo
tanto, debe adquirir unas habilidades precisas para «aprender a aprender»
constantemente.
El cambio metodológico ha de basarse en
la aceptación del potencial humano de cada persona. Las estructuras escolares
deben estar en función de las necesidades, de los ritmos y las diversas
capacidades de los alumnos. Escuela y sociedad deben estar más unidas tanto en
la búsqueda de los medios para aprender, como en el logro de los fines últimos
de la educación y la incorporación de los educandos a la vida social y laboral.
La participación de la familia y de la empresa en los distintos momentos del
aprendizaje debe ser cada día mayor.
2015
|
|
Lic. Francisco Roque Rosario Martí
|
[La planificación y los procesos de gestión del aprendizaje en los
Centros Educativos]
|
[Un espacio de estudio,
reflexión y construcción de los contenidos fundamentales que constituyen el
núcleo de una de las acciones humanas y del profesional de mayor importancia,
como lo es la previsión]
|
Presentación
Se considera
que la planificación, como método de racionalización de los procesos y los
recursos, permite introducir reformas sustanciales e incluso cambios
estructurales en el proceso educativo.
La
planificación educativa es un proceso institucional intencionado y deliberado,
mediante el cual una colectividad busca racionalizar recursos, preparar
decisiones y llevar a cabo la acción educativa prevista, con óptimos
resultados y/o resolver problemas.
El módulo se
constituye en un espacio de estudio, reflexión
y construcción de los contenidos fundamentales que constituyen el núcleo de dos
acciones vitales del ser humano y del profesional: la gestión y la
previsión.
Propósitos
del módulo:
1. Analizar las bases conceptuales
de los cambios necesarios en el Sistema Educativo de la República Dominicana
para justificarlo o criticarlo.
2. Analizar las características del
Modelo Pedagógico propuesto para la Educación en la República Dominicana para
justificarlo o criticarlo.
3. Analizar las características del
Modelo de Gestión de Calidad para los
Centros Educativos, que se propone desde el Ministerio de Educación de la
República Dominicana para explicar su concepto, dimensiones, supuestos,
criterios y valores en que se basa.
4. Establecer la importancia,
principios, carácter instrumental, fases y niveles de concreción de la
planificación educativa.
5.
Comprender el concepto de plan
de clase y sus componentes para construir planes de clases enfocados en el
Modelo pedagógico.
6.
Comprender el concepto de
proyecto de aula y sus componentes para construir proyectos de aula enfocados
en el Modelo pedagógico.
Contenidos:
Unidad 1: Los Cambios necesarios en educación
1.1 Los cambios en el sistema educativo
1.2 El cambio curricular
1.3 Redefinir los objetivos educativos
1.4 Actualización
del profesorado: Formación permanente de
los educadores
1.5 Cambio metodológico
1.6 El nuevo perfil del profesor
1.7 Camino hacia un
nuevo paradigma educativo
Unidad 2: El Modelo
pedagógico propuesto para la educación dominicana
2.1 La revolución epistemológica del
constructivismo
2.2 Principios epistemológicos
constructivistas
2.3 Principios pedagógicos constructivistas
2.4 Bases conceptuales del Modelo
2.5 Premisas del Modelo
2.6 Los materiales educativos en el Modelo
2.7 Instrumentos para la evaluación del
aprendizaje en el Modelo
2.8 Formación docente para el Modelo
Unidad 3: El Modelo de gestión
3.1 Concepto del
Modelo de gestión
3.2 Dimensiones de
la calidad
3.3 Supuestos del
Modelo
3.4 Criterios para
definir y evaluar el Modelo
3.5 Valores que
sustentan el Modelo de Gestión
3.6 El modelo de
gestión en su proceso
3.7 Gestión y
aprendizaje en el Modelo
3.8 El Ciclo de
mejora continua
Unidad 4: La Planificación Educativa
4.1 Concepto de
planificación y planificación educativa.
4.2 Importancia de
la planificación educativa.
4.3 Principios de
la planificación.
4.4 Carácter
instrumental de la planificación
4.5 Fases de la
planificación educativa.
4.6 Niveles de
concreción de la planificación educativa.
4.7 Concepto de
Plan Estratégico
4.8 Concepto de
proyecto de centro
4.9 Concepto de
plan anual
Unidad 5: El plan
de clases y el proyecto de aula
5.1 Concepto de
plan de clase
5.2 Componentes y
fases de elaboración de un plan de clase
5.3 Concepto de
proyecto de aula
5.4 Componentes y
fases de elaboración de un proyecto de aula
Evaluación del módulo
Cada unidad del módulo se considera como una unidad
de trabajo o estudio que los participantes estudian haciendo uso de las
técnicas de lectura y estudio de su dominio. El estudio de las unidades de
trabajo se hará en grupos de no más de cuatro participantes.
Los participantes se avaluarán a partir de:
Asistencia
(AS)
|
15 puntos
|
Cuatro
auto-evaluaciones / control de lectura
(CL)
|
15 puntos
|
Círculos de conferencia
(CC)
|
10 puntos
|
Exposición final
(PC)
|
20 puntos
|
Sub-total
(60% de la nota)
|
60 puntos
|
Cuatro trabajos para presentar en:
|
|
Un trabajo
final (40% de la nota) (PP)
|
40 puntos
|
Total
|
100 puntos
|
Este trabajo
final lo conforman el conjunto de “trabajos para presentar” realizados por cada
participante o grupo, en el transcurso del módulo. Se reunirá con el título de
“Experiencias de planificación
educativa” y será presentado en formato monográfico con todos los componentes
requeridos en una monografía.
Unidad 1:
Los Cambios necesarios
en educación
1.1 Los cambios en el sistema educativo
1.2 El cambio curricular
1.3 Redefinir los objetivos educativos
1.4 Actualización del profesorado:
Formación permanente de los educadores
1.5 Cambio metodológico
1.6 El nuevo perfil del profesor
1.7 Camino hacia un nuevo paradigma
educativo
Trabajo
para presentar:
· Reseña sobre los Cambios
necesarios en educación.
LOS CAMBIOS NECESARIOS EN LA EDUCACIÓN
Tomado de:
Tébar Belmonte, L. (2003) El perfil del profesor mediador.
Madrid: Aula XXI / Santillana.
Los
logros más importantes de la humanidad respecto de la educación constituyen una
serie de derechos que van expendiéndose y consolidándose sin cesar. En razón de
los distintos procesos de estas conquistas, los cambios educativos deberán
entenderse en cada contexto sociocultural.
La
misma sociedad, en su dinámica innovadora, en su búsqueda de soluciones a los
problemas que cada día le acucian, crea situaciones límite, crisis imprevistas.
Con un sentido globalizador e integral de los conflictos que se generan, toda
la sociedad necesita unir fuerzas responsablemente y movilizarse para buscar
soluciones a una problemática mundial de «desfase humano», así definida por el
Club de Roma, para expresar «la distancia que media entre la creciente
complejidad y nuestra capacidad para hacerle frente». Hoy debemos enfocar todos
los problemas desde la interdisciplinariedad, por las enormes implicaciones que salpican a otros temas. Se
trata de «redes de viejos y nuevos problemas que se refuerzan mutuamente. Es
prácticamente imposible trazar un mapa de esta complicada red de problemas. En
términos generales, mientras, a primera vista, el progreso continúa, la
humanidad ha empezado a perder terreno,
en estos momentos atraviesa por una fase de declive cultural, espiritual y
ético, si es que no existencial…, convirtiendo así el desfase en un abismo» (Botkin, J. W. Elmandjira, M. y Malitza, M.,
1979: 15).
A lo largo
del tiempo vienen coexistiendo una serie de factores que, a juicio del profesor Delval, hacen precisas reformas
profundas en la educación: «a) factores
sociales, en referencia a lograr sociedades democráticas, que todos
tengan acceso a la educación y a los recursos comunes, etc., b) ampliación de
los contenidos y los conocimientos que se transmiten en la escuela, y c) llegar
a un mejor conocimiento del mecanismo de aprendizaje y de desarrollo del
niño» (Delval, J., 1992:8). Nos
explicita después los cambios sociales, que podrían resumirse en:
- «Inserción de la escuela
en el ambiente que le rodea, facilitando la participación en la actividad
escolar de maestros, padres y otros adultos del entorno.
- Cambio de la actividad
escolar hacia el análisis de la realidad en vez de hacia la transmisión de
conocimientos.
- Cambio de la estructura de
las escuelas para convertirlas en centros de recursos para el aprendizaje.
Las aulas deben transformarse en laboratorios desde los que analizar la
realidad» (If., op. Cit.:15).
Pretender una enumeración de los
problemas sería interminable, por ello nos referiremos a los que tienen directa
incidencia en el ámbito educativo. Unos tienen alcances cuantitativos y otros
cualitativos. A éstos se refiere Lesourne,
cuando enumera los problemas más frecuentes: «el fracaso escolar, la
democratización, la calidad de la enseñanza, el reclutamiento y la formación de
los docentes, la relación entre la enseñanza general y la enseñanza técnica, el
acceso a la enseñanza general y la enseñanza técnica, el acceso a la enseñanza
superior» (Lesourne, J., 1993: 88).
Hay todo un conjunto de limitaciones
educativas y problemas institucionales y
profesionales, que percuten en un abandono casi total del educando, al
ser relegado a un lugar secundario entre las preocupaciones educativas, que
generan problemas de fracaso y lento desarrollo en todo su ser. Toda esta serie
de carencias básicas de ayuda, de orientación y de estímulos dan lugar a otros
tantos síntomas que R. Reuerstein aglutina con el nombre de síndrome de
privación cultural o carencia de experiencia de aprendizaje mediado
(Feuerstein, R., et al., 1980:13). La
educación debe cambiar radicalmente en este doble sentido: reconocer el rol
insustituible del profesor mediador y devolver al educando su total
protagonismo en la construcción de sus conocimientos y en su desarrollo
integral. La renovación educativa precisa de mediadores que propicien la
experiencia de aprendizaje mediado, ayuden a cada alumno a despertar su potencial
dormido y aprendan a utilizarlo con
toda intensidad en su vida.
En el libro blanco de la Comisión
Europea encontramos definidas las tres grandes tendencias transversales o los
tres impulsos motores del cambio: «la globalización de los intercambios, el
advenimiento de la sociedad de la información y la aceleración de la revolución
científica y técnica» (Libro blanco: CECA, 1995: 22).
¿Qué elementos escolares necesitan ser
cambiados? Surgen las más diversas respuestas, provocadas por las urgencias y prioridades,
aunque debajo pervivan unas metas muy concurrentes. Gran parte de las
propuestas de cambio apuntan al profesor, a la profesionalidad pedagógica, a la
praxis y metodología del aula (Wise, A. E. en Sergiovanni, T. J., 1989: 305).
Las más recientes experiencias evaluativas reflejan una carencia en los
procesos y en las coherencias metodológicas de los equipos pedagógicos.
Difícilmente se puede renovar la educación si no se logra instaurar una
filosofía cooperativa y de equipo que marque procesos continuados en todas las
etapas de la educación.
Recorreremos algunos de los problemas
que requieren soluciones o cambios en profundidad y su relación con nuestra
propuesta de un nuevo paradigma educativo.
Los cambios en el sistema educativo
Ante
todo nos debemos
preguntar: ¿Por qué el
cambio o la
necesidad de un
nuevo modelo de escuela? Los intentos de renovación de la educación se
proponen objetivos más ambiciosos, logros más altos de calidad, eliminación de
las causas del fracaso o del abandono escolar, al par que se intentan mayores
cotas de calidad y la ampliación del acceso a niveles más elevados de formación
entre la población. Las motivaciones
apuntadas anteriormente nos remiten a otras causas que determinan la diversidad
de los cambios. El proyecto para Reforma de la Enseñanza en España, tras exponer la necesidad urgente
e irrenunciable de aplicar determinados principios, y especialmente el de la
diversificación en la acción educativa, afirma que su implantación efectiva
exige cambios profundos en la organización y el funcionamiento de la escuela y
aclara después que esos cambios implican «un nuevo modo de concluir la clase»
(MEC, 1990: 90). Nos hallamos, pues, en el intento de forjar un nuevo modelo de
escuela. La escuela debe estar en el centro del cambio (Sirotnik, K. A., 1989:
89).
Tratando de sintetizar las
consecuencias del cambio educativo, el profesor Mencía afirma que el nuevo modelo de la escuela
pasa por romper con el viejo, apuntando
estas tres rupturas:
a)
Lo primero es esa
idea que hoy tienen la mayoría de los profesores de que lo más importante en
clase es su enseñanza, lo que ellos dicen, lo que hacen, lo que piensan, lo que
deciden, lo que organizan. Pues bien, el profesor tiene que romper con esa
idea, tiene que salir de ese error y admitir que lo más importante es el
aprender de los alumnos, lo que éstos descubren, lo que hacen, lo que piensan,
lo que dicen, lo que proyectan y organizan, con la ayuda, orientación y
mediación del profesor, que actúa desde
un segundo plano;
b)
Los profesores,
los alumnos y toda la sociedad necesitan romper con la idea de que el principal
cometido de la escuela es transmitir conocimientos;
c)
Es necesario
romper, desde el punto de vista de la práctica docente, con los actuales
módulos organizativos de espacios, de tiempos y de modos de hacer, para dar
lugar a la diversidad educativa y a la implantación de una pedagogía
diferenciada (Mencía, E., 1993: 52).
César Coll analiza aquellos elementos
que han impedido a la Reforma producir
los objetivos para los que fue elaborada y propone una serie de «medidas
para estimular y promover un interés
social constante por la mejora de la calidad en la educación:
- Definir
con claridad lo
que la sociedad espera
de la educación escolar;
- Establecer un currículo básico para todos los
alumnos y fijar las condiciones de opcionalidad curricular;
- Asegurar una buena formación inicial de los
profesores y ofrecerles oportunidades adecuadas para continuar y
profundizar su desarrollo
profesional:
- Prescribir unas formas de organización y
funcionamiento de los centros
escolares que sean sólidas, ágiles y flexibles;
- Asegurar a todos los centros los recursos
materiales, técnicos y humanos necesarios;
- Supervisar el rendimiento de las escuelas con el fin
de garantizar unos resultados satisfactorios, identificando las que no
funcionan o forzándolas a mejorar;
- Y por encima de todo lo anterior, proteger el
ejercicio responsable de la autonomía y la libertad de acción de todos y
cada uno de los centros escolares» (Coll, C., 1990: 73).
Se han dado las respuestas más diversas
a la cuestión sobre los cambios que deben producirse en la escuela. Ante la
diversidad de problemas siempre encontraremos situaciones nuevas y complejas,
por eso Husén propone los dos requisitos previos a cualquier cambio educativo:
«contar con profesores competentes y comprometidos y disponer de recursos,
tanto materiales como culturales, contando siempre con el apoyo de los padres»
(Husén, T., 1987: 29).
Son muchos los educadores que
participan de la convicción del profesor Luís Alberto Machado, el impulsor del
Proyecto Inteligencia en Venezuela, cuando habla de instaurar en cada centro la
«revolución de la inteligencia», donde a los niños se les enseñe a pensar cada
día, como una materia específica (Machado, L. A., 1975: 118). El cambio de la
escuela sólo podrá realizarse cuando cambie el papel del alumno en ella.
El cambio curricular
Al tratar del currículo nos acercamos a
la comprensión de la enseñanza obligatoria, a la comprensión de la
escolarización y a los mecanismos de selección y planificación de los
contenidos en relación a una cultura. Currículo y sociedad tienen una influencia recíproca, de
ahí el sumo interés que tiene el
estudio de los determinantes de los contenidos de los currículos en
relación al pensamiento educativo, a la formación básica para las profesiones.
Como nos dice Gimeneo Sacristán, citando a Kemmis: «La misma ordenación del
currículo por parte del Estado es una forma de intervenir en la diferenciación
laboral- profesional, separando por
especialidades y jerarquizando por ocupaciones» (Gimeneo Sacristán, J. y Pérez
Gómez, A., 1989: 190).
La nueva era del conocimiento sitúa a
la educación en el centro mismo de la sociedad, pero con una proyección
abierta, pues la educación debe prolongarse a lo largo de toda la vida, como compañera del
desarrollo incesante de la persona. Valores y saberes deben conjugarse en total
armonía, presidiendo la maduración integral de cada ser. J. Delors resume los
pilares de la educación en cuatro tipos de aprendizaje:
a)
Aprender a
conocer,
b)
Aprender a hacer,
c)
Aprender a vivir
juntos, aprender a vivir con los demás,
d)
Aprender a ser
(Delors, J., 1996: 96).
¿Cuáles son los contenidos de la
educación ante la sociedad futura? La proyección europeísta y mundial de los
conocimientos impone hoy una opción curricular flexible, acorde con los cambios
vertiginosos de los saberes y el acceso fácil a las fuentes de la información.
Se impone la lógica apertura cada vez mayor de los programas para que puedan
tener mayor vigencia al concluir el período de formación. Coombs propone que
«los contenidos curriculares prioritarios han de ser aquellos que, además de
resultar relevantes para el futuro, promuevan el desarrollo de destrezas
básicas fundamentales y conduzcan a la preparación del individuo para la
asimilación de aprendizajes polivalentes» (Coombs, P. H., 1987: 18). Explicita
estos contenidos en tres bloques: a) contenidos en el ámbito del conocimiento;
b) contenidos en el ámbito de las destrezas y c) contenidos en el ámbito de las
actitudes.
La revisión de los programas de
enseñanza tratan de verificar su pertinencia y actualidad, como proyectos de
formación y preparación de los educandos para su inserción en la vida social. Hoy
se proponen cuatro ejes de trabajo en la reformulación de los currículos:
a)
Llenar las lagunas
de los programas, descubiertas en la práctica y con el paso del tiempo.
b)
Repensar la
estructura de los programas: Todo debe estar articulado con coherencia, evitando
la simple yuxtaposición, para articular una nueva arquitectura de los programas
según los objetivos interdiscipli nares propuestos en cada etapa escolar.
c)
Saber identificar
lo esencial: Los programas tienden a encontrarse en aquellos elementos que aportan
lo nuclear para la formación de competencias, en vistas a posibilitar la
movilidad de los estudiantes por distintos centros de formación, la preparación
para estudios superiores, el acceso al trabajo y la integración del sujeto en
la sociedad.
d)
Asegurar la
adquisición de unas competencias clave. Ser competente consiste en saber
activar, en una situación dada, los conocimientos y las experiencias
adquiridas. En el simposio sobre «Competencias clave para Europa» se nos
presenta un amplio repertorio (40 ítems) en torno a habilidades genéricas como:
aprender, buscar, pensar, comunicar, cooperar, emprender, adaptarse (Consejo de
Europa, 1996: 44).
Redefinir los objetivos educativos
Las utopías en educación descienden a
las realidades concretas para definir hacia dónde quieren encaminarse y qué
logros deben obtener y evaluar. Por eso se ha llamado a la Pedagogía la ciencia
de los objetivos. Sin embargo, las múltiples realidades educativas requieren
una adecuación de los objetivos y de las finalidades últimas elegidas. Ante una
juventud en riesgo, ante unos grupos humanos excluidos, privados de cultura, en situaciones límite de
pobreza o cargados de deficiencias
madurativas, los objetivos deben acomodarse a cada situación real.
La calidad siempre será relativa y se
deberá medir por el logro de los objetivos adecuados a las circunstancias:
«Para hacer frente a los retos del siglo XXI, sería indispensable asignar
nuevos objetivos a la educación y, por consiguiente, modificar la idea que nos
hacemos de su utilidad. Una nueva concepción más amplia de la educación debería
llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades
creativas, actualizando así el tesoro escondido en cada uno de nosotros… la realización de la persona;
que toda ella aprenda a ser (…), aprenda a conocer, aprenda a hacer y aprenda a
vivir con los demás» (Delors, J., 1996: 96).
Actualización del
profesorado. Formación permanente de los educadores
Nos hallamos ante el tema crucial para
asegurar toda transformación educativa. Existe una clara convicción en los
investigadores de potenciar la formación de los
educadores para poder garantizar la calidad del proceso educador. Como
muy acertadamente señala Pérez Gómez, «la función del docente y los procesos de
su formación y desarrollo profesional deben considerarse en relación con los
diferentes modos de concebir la práctica educativa» (Pérez Gómez, A. I. en:
Gimeno Sacristán,
J., 1995: 399).
Por lo tanto, la perspectivas desde las
que debemos contemplar la formación inicial y permanente del profesor son
diversas, según que consideremos la preparación y expansión de una profesión
como actividad artesanal, como una ciencia aplicada y una técnica o bien si la
consideramos como una actividad critica y al docente como a un profesional
autónomo que investiga reflexionando sobre su practica. Siguiendo a Pérez Gómez, encontramos cuatro
enfoques formativos:
a)
Formación
académica, en su doble vertiente enciclopédica y comprensiva de transmisión y
asimilación de conocimientos.
b)
Formación técnica;
vista como modelo de entrenamiento, como preparación para la toma de
decisiones, para el conocimiento profesional. Encontramos aquí una dimensión
fundamental para hacer del maestro un investigador con bases firmes en una
formación universitaria especializada.
c)
Formación práctica
que capacite al educador para una actividad compleja, en la que interactúan
múltiples agentes en los más diversos escenarios y con un proceso que
evoluciona a través del tiempo de forma imprevisible.
d)
Formación para la
construcción social de la persona. Un enfoque enraizado en las bases mismas de
la educación y en las finalidades últimas de todo proceso educativo: que el
educando sepa darse un proyecto de vida, con actitudes, valores y destrezas que
le permitan adaptarse a las situaciones laborales y sociales imprevistas.
Al final del análisis del «personal
docente en busca de nuevas perspectivas», Delors apunta estas pistas formativas
y recomendaciones:
a)
Reconocimiento de
la labor del maestro, pues sabiendo que es muy diversa la situación psicológica
y material de los docentes, es indispensable revalorizar su estatus para que la
«educación a lo largo de la vida» cumpla su misión clave en nuestra sociedad.
b)
Buscar formas de
multiplicar la concertación y asociación con las familias, los círculos
económicos, el mundo de las asociaciones, los agentes de vida cultural para
lograr una noción de «sociedad educativa» en la que se ofrecen múltiples
ocasiones para formarse.
c)
Organizar la vida
de los docentes de modo que tengan la obligación de perfeccionar su arte y de aprovechar las
experiencias realizadas en las distintas esferas de la vida económica, social y
cultural.
d)
Es indispensable
posibilitar la incorporación del profesor en trabajos de equipo que garanticen
el camino de la mejora de la calidad educativa.
e)
Favorecer la
apertura y el constante enriquecimiento del profesor por los intercambios y
asociación entre profesores e instituciones.
f)
Asegurar un clima
de diálogo y buena relación con las organizaciones de la profesión docente,
esforzándose en superar el carácter puramente corporativo y laboral (Delors,
J., 1996: 176).
Cambio metodológico
Aludimos a «la teoría genética como
fuente de inspiración de métodos de enseñanza», que, «partiendo de la
concepción constructivita del conocimiento,
postula la teoría genética con el fin de elaborar propuestas relativas a
la metodología de la intervención didáctica» (Coll, C., 1989: 34).
a)
Individualización
o personalización que asegure el acompañamiento y autorización, que se acomodan al ritmo de
aprendizaje y a las necesidades individuales.
b)
La participación
que motiva, responsabiliza a todos los implicados en el acto educativo y crea
vínculos enriquecedores en todo el proceso.
c)
La apertura al
cambio de herramientas y reajuste de los ritmos y planes establecidos.
El complejo mundo de los aprendizajes
exige unas transformaciones metodológicas peculiares para cada situación y
acordes con la pedagogía diferencial y las didácticas especiales. Por ello «la
metodología didáctica debe enfocarse desde la
perspectiva de la promoción de actitudes positivas hacia:
- El aprendizaje continuado, más allá de la conclusión
de los estudios for-males;
- La innovación en el propio trabajo;
- La conexión entre la investigación, el desarrollo y
las aplicaciones;
- El trabajo en equipo;
- La necesidad de contribuir a poner la tecnología al
servicio de la problemática social y de la dignidad humana» (Vásquez
Gómez, G., 1987: 70).
Tudesco apunta el desafío de la
colaboración y la intercomunicación entre los profesionales de la educación:
«Promover la cohesión entre las instituciones educativas a partir de elementos
comunes presentes en el proyecto de cada institución. La nueva articulación
entre la autonomía de los establecimientos y la necesaria cohesión entre ellos es el concepto de red.
El motor de la revolución actualmente en marcha (…) es un conjunto de técnicas,
de modos de organización y de instrumentos relacionales» (Tudesco, J. C., 1995:
156).
El nuevo perfil de profesor
El profesor es la pieza clave de todo
el sistema educativo. El nuevo papel de la educación y el conocimiento en la
sociedad supone redefinir también el papel de los educadores. Girou nos
apercibe en nuestro intento: «Toda tentativa de formular de nuevo el papel de
los educadores ha de empezar con la cuestión general de cómo se ha de contemplar el cometido de la
instrucción escolar. Personalmente, creo que la necesidad de contemplar las
escuelas como esferas públicas democráticas es central para una pedagogía
crítica viable. Esto significa que las escuelas se han de ver como lugares
democráticos dedicados a potenciar, de diversas formas, a la persona y a la
sociedad» (Girou, H. A., 1997: 34).
Otra idea fuerza de donde debe partir
la definición de la nueva identidad del profesor nos la brinda Esteve en su
conocido estudio en torno al «malestar docente», apuntando a una toma de conciencia general de
la identidad del educador: «Nuestra sociedad y nuestros profesores necesitan
redefinir los valores en los que creen, los objetivos por los que trabajan y el
tipo de hombre que quieren formar»
(Esteve, J. M., 1987: 12).
Rasgos indispensables del profesor en su acción
pedagógica
La formación del maestro se va
definiendo cada día con más complejidad, pues se le van asignando misiones que la sociedad o
la familia relegan de sus cometidos. Por
esta razón se van añadiendo con más frecuencia rasgos que antes se quedaban en
un segundo orden. Encontramos distintos repertorios de cualidades
indispensables del enseñante:
- Competencias pedagógicas.
- Madurez y estabilidad emocional.
- Conocimiento de la materia que debe enseñar.
- Comprensión de los procesos de desarrollo del niño.
- Preocupación y respeto hacia las personas de los
alumnos.
- Capacidad de adaptación al equipo docente.
- Toma de conciencia de escuela, situada en su marco
social.
- Espíritu abierto y dinámico (Freeman, J., 1993:
204).
Pero no basta con quedarnos con listas
exhaustivas de virtudes, que el maestro debe poner al servicio de las
capacidades del alumno, si no vamos al fondo de los problemas que más
deterioran la identidad de los docentes: su desmotivación, la pérdida de
sentido y prestigio social de su trabajo, la falta de puntos referenciales en
los criterios y valores, la incertidumbre del futuro de sus metas actuales,
etc. (Tudesco, J. C., 1995: 52).
Los niveles de exigencia en la
formación han ido determinando en ocasiones un estilo de profesor acomodado,
carente de inquietudes y poco creativo. Por este motivo, la formación y
actualización psicopedagógica, como propone Coll a propósito de la formación
constructivista, «da nuevos recursos al maestro para poder comparar materias
curriculares, para elaborar instrumentos de evaluación coherentes con lo que se
enseña, para elaborar unidades didácticas, etc. Paralelamente, aporta criterios
para comprender lo que ocurre en el aula; por qué un alumno no aprende; por qué
esa unidad cuidadosamente planificado no funcionó; por qué a veces el profesor
no tiene indicadores que le permitan ayudar a sus alumnos» (Coll, C., 1995:
20).
Atendiendo al papel estricto de
organizador de los aprendizajes en el aula que el profesor realiza, encontramos
tres funciones diferenciadas: a) el modelo organizador-observador, en él el
profesor es transmisor de conocimientos, planifica y organiza las actividades;
b) el modelo observador-facilitador permite a los alumnos elegir el qué, cómo y
cuándo del proceso de enseñanza-aprendizaje; el profesor se limita a atender
las demandas de material o de información que se precisen; y c) el modelo
observador-i nterventor en el que el profesor crea situaciones de aprendizaje
con las condiciones necesarias para que el alumno llegue a construir el
conocimiento (Martín, E. y Ferrandis, A., 1992: 36).
Pero, más que finarnos en la necesidad
de una mayor profesionalidad, nos dice Tudesco que parece más oportuno
identificar las principales características del trabajo docente en el marco de
los nuevos desafíos educativos. Partiendo de esta consideración propone una
serie de rasgos:
a)
El educador debe
sentirse plenamente implicado en el equipo docente, desde la elaboración del
proyecto educativo hasta la gestión, negociación, enseñanza, evaluación,
investigación, etc.
b)
Debe promover la
innovación, rompiendo el inmovilismo con compromisos concretos y participación
activa en los dominios de su especialidad.
c)
Fortalecer los
ámbitos donde tiene lugar la formación básica. Esta formación básica demanda
mayores niveles de profesionalidad, especialmente pedagógica.
d)
La evolución
acelerada del conocimiento precisará estar muy cerca de donde se produce y se
utiliza el conocimiento. Se prefiguran dos sectores de docentes: los «docentes
básicos», La evolución acelerada del conocimiento precisará estar muy cerca de
donde se produce y se utiliza el conocimiento. Se prefi-guran dos sectores de
docentes: los «docentes básicos»,
e)
Militancia y
compromiso de los docentes con los objetivos de la tarea educativa. Participar
en la elaboración del proyecto del centro, adhesión a sus principios y entrega
en la tarea de formar la persona de los alumnos en el marco de una propuesta
democrática implica asumir los valores de la democracia en forma activa
(Tudesco, J., 1995: 165).
Lesourne, pensando en la sociedad del
2000, cree que «ningún otro oficio ofrece, a largo plazo, consecuencias tan
importantes sobre el porvenir de la sociedad (francesa)», y aventura un diseño
del perfil del docente que espera la sociedad del futuro. «Deberá ser un
individuo reclutado, a la vez, por su saber y por su capacidad para asumir en
plenitud la tarea de educador. Un individuo que haya tenido con bastante
frecuencia otra experiencia profesional y social. Un individuo a quien se le
ofrece una tarea de suficiente variedad para que le resulte estimulante. Un
individuo con márgenes de iniciativas reales, decidido a sacar partido, tanto
del ejercicio personal de su función como miembro del equipo pedagógico de su
establecimiento. Un individuo pronto a
reconocer que el ejercicio de su profesión supone una evaluación de las
actuaciones tanto personales como colectivas y que admite las consecuencias que
de la misma puedan extraerse. Un individuo capaz, por su trabajo, de influir en
su remuneración y en su carrera. Un individuo abierto a las múltiples
dimensiones de la vida social. Un individuo respetado socialmente, como persona
y como profesional» (Lesourne, J., 1993: 319).
En su interesante y ameno recorrido por
las vicisitudes entre «aprendiz y maestro», Pozo sintetiza en cinco las
funciones profesionales del maestro y describe con ironía estas diversas
profesiones del maestro.
a)
Maestro proveedor
o suministrador de conocimientos;
b)
Modelo de
comportamientos emular;
c)
Entrenador de sus
aprendices;
d)
Tutor o guía,
e)
Asesor de
aprendizajes o director de investigación (Pozo, J. I., 1996: 332).
La caracterización del trabajo
profesional del educador debe estar enmarcada en el nivel de autoestima que
siente, en la autonomía, en la capacidad para asumir responsabilidades, con sus
ricas facetas de investigador, intelectual, crítico, creativo, transformador,
etc.. La realidad del sistema educativo configura estos rasgos.
El profesor ideal
Difícilmente podrá tenerse en pie un
constructo que choca con la realidad de la «cambiante función del profesor»
(Goble, N. M. y Porter, J. F., 1980: 87), con las limitaciones que impone la
realidad y los condicionamientos de actualización y readaptaciones a la
asunción de competencias cada días más imprevisibles y dispares.
Incluido en el análisis de la eficacia
docente, pero desde la perspectiva que juzga el punto de vista de los alumnos
sobre el profesor, encontramos dos dimensiones básicas de la percepción del
profesor ideal:
a)
La dimensión
didáctica (que sepa explicar, que sea justo calificando, etcétera);
b)
La dimensión
pedagógica (orientar, motivar), que confirma el perfil básico deseado por los
alumnos.
Existen, además, cinco factores o
dimensiones en el constructo del «profesor ideal» que podrían considerarse como
el perfil diferenciador y que están asociados a algunas características de los
alumnos (sexo, clase social, tipo de centro, rendimiento, etc.). Tales factores
o dimensiones son: físico-deportiva, personal y de relación; humorística; de
imposición y exigencia y organizativa (Egido, I. et al., 1993: 62).
El ideal para Stenhouse es convertir a
todo profesor en investigador de su propia actuación docente (Stenhouse, L.,
1991: 195), de la escuela y de sus propios compañeros, para aumentar
progresivamente en la comprensión de su propia labor y en el perfeccionamiento
de la enseñanza. El educador aprende cada día, se modifica a medida que quiere
estar al nivel que demanda sus educandos, constata los hallazgos de la
investigación sobre las experiencias de enseñanza-aprendizaje y los incorpora a
la práctica docente (Martínez, C., 1993: 50).
Perfil del profesor mediador
Quedaría incompleta la referencia de
los constructores revisados, si no incidiéramos en el modelo y el constructo
del aprendizaje mediado, desarrollado por Feuerstein (1980) a través del PEI,
en el que el paradigma de la mediación determina un estilo de relación
educativa, en el proceso de modificabilidad cognitiva estructural de los
educandos. La responsabilidad primordial del profesor mediador es potenciar el
rendimiento del educando.
El paradigma «mediacional» (teacher
decisión making), «centrado en el profesor, supone una perspectiva
específicamente situada en el ámbito de la enseñanza más que en el ámbito del
aprendizaje»…
Dejaremos para otro capítulo la
minuciosa explicación de los rasgos de este perfil del mediador, al ser él la
opción pedagógica que nos orienta en la solución a los cambios que debe
realizar el profesor que se enfrenta al nuevo paradigma educacional. Tan sólo
ahora hacemos una síntesis de las características del profesor mediador, de la
mano de la profesora Prieto (1991: 47):
- Es un experto y como tal domina los contenidos
curriculares, planificada, anticipa los problemas y soluciones, revisa las
fases del proceso de aprendizaje.
- Establece metas: favorece la perseverancia,
desarrolla hábitos de estudio y fomenta la autoestima y la metacognición.
- Tiene la intención de facilitar el aprendizaje,
significativo: favorece la trascendencia, guía el desarrollo de
estrategias, enrique las habilidades básicas superando las dificultades.
- Anima a la búsqueda de la novedad: fomenta la
curiosidad intelectual, la originalidad y el pensamiento divergente.
- Potencia el sentimiento de capacidad: favorece una
autoimagen, crea una dinámica de interés por alcanzar nuevas metas.
- Enseña qué hacer, cómo, cuándo y por qué: ayuda a
cambiar el estilo cognitivo de los estudiantes controlando su
impulsividad.
- Comparte las experiencias de aprendizaje con los
alumnos: potencia la discusión reflexiva y fomenta la empatía con el
grupo.
- Atiende a las diferencias individuales de los
alumnos: diseña criterios y procedimientos para hacer explicitas las
diferencias psicológicas de los estudiantes, potencia el trabajo
individual, independiente y original.
- Desarrolla en los alumnos actitudes positivas:
haciéndoles vivir unos valores para que los hagan operativos en su
conducta dentro de su realidad sociocultural.
Cabría añadir a este resumen de rasgos
del profesor mediador la actitud automodificadora que alimenta el sistema de
creencias del mediador, ya que él mismo debe adaptarse, cambiar de
procedimientos, planes y recursos para lograr la modificación y la corrección
de las funciones cognitivas deficientes en los educandos.
CONCLUSIÓN: EL CAMINO HACIA UN NUEVO PARADIGMA EDUCATIVO
La necesidad de formular un nuevo
paradigma viene planteada por la falta de validez del marco técnico teórico-práctico
utilizado hasta hoy en nuestra práctica docente.
Seguimos resolviendo problemas cada día
más complejos con el mismo modelo pedagógico del pasado. Todo ello es la
resultante de no tener planteado, como sociedad, el tipo de hombre que queremos
formar, el perfil de educador que precisamos para esos logros y los medios que
vamos a necesitar. Aunque haya amagos de cambio o de incorporar elementos
renovadores a nuestra pedagogía, nuestros deseos de cambiar chocan con los
condicionamientos estructurales más diversos. Necesitamos cuestionarnos qué
aspectos deben cambiar y cuál es nuestra propuesta alternativa al paradigma que
tácitamente estamos manteniendo.
En 1962, Thomas Khun (1992) introdujo
el concepto de «cambio de paradigma». Un paradigma es «un marco conceptual que
ofrece una visión particular de una realidad. Es pues, un conjunto explícito de
opiniones, de creencias, de valores, de concepciones y de teorías integradoras
de una estructura intelectual que permite comprender, interpretar y explicar
una realidad o ciertos aspectos de la realidad» (Noiseux, G., 1997: 147).
Existen decenas de paradigmas, pero nos interesan especialmente los
relacionados con la cognición, el aprendizaje y la intervención educativa.
Dada su importancia en la aportación de
nuestro trabajo no podemos eludir otras definiciones que nos ayuden a entender
su amplio significado. Respaldándose en sus hallazgos, Patton define el
paradigma como: «Una visión del mundo real. Como tales, los paradigmas se
hallan profundamente fijados en la socialización de adictos y profesionales;
los paradigmas les dicen lo que es importante, legítimo y razonable. Los paradigmas son también normativos: señalan al
profesional lo que ha de hacer sin necesidad de prolongadas consideraciones
existenciales o epistemológicas» (Cook, T. D. y Reinchart, Ch., S., 1986: 28).
El término paradigma designa un principio, una idea o un conjunto de principios
e ideas, un modelo, una aproximación con los métodos a los que las personas de
un grupo convienen en adherirse y en los que inspirar su actividad. A nosotros
nos van a servir de indicadores para integrar la estructura de nuestro modelo
pedagógico implícito.
Un paradigma mediador será, por lo
tanto, un referencial pedagógico plural, que deberá integrar los elementos de
los cinco paradigmas anteriores y los elementos peculiares de la teoría sobre la mediación desarrollada en el
PEI del profesor R. Feuerstein.
Podríamos sintetizar en qué consisten
los dos elementos esenciales del nuevo paradigma, siguiendo a Mencía: 1) en dar
el protagonismo que ha de tener el alumno en la construcción de los
aprendizajes, y 2) en la creación de situaciones escolares que respondan a
planteamientos de una pedagogía diferenciada. La novedad del paradigma la
encontramos, además de situar al educando en el centro del proceso de
enseñanza-aprendizaje significativo, en los componentes de esa educación
diversificadora:
- Se diversifican los espacios para encontrar ámbitos
favorables de estudio, dentro y fuera del mismo centro educativo.
- Se diversifican los objetivos en función del tipo de
trabajo y de los ritmos de aprendizaje.
- Se diversifican los objetivos formativos, atendiendo
a las capacidades y logros que se observen sistemáticamente en los
educandos.
- Se diversifican los libros de texto y el material
documental y didáctico para atender a los estilo cognitivos y a las
posibilidades de los alumnos.
- Se diversifican los proyectos personales de los
alumnos, adaptándolos tanto al nivel de inicio como de progresiva
realización y según sus ritmos y aprendizajes (Mencía, E., 1993: 54).
Ante este panorama nos formulamos la
decisiva cuestión: ¿qué deberán hacer las escuelas para asumir este cambio
paradigmático? La respuesta anticipatorio de Fogarty nos propone siete caminos
de solución a este desafío:
- Centrar el currículo en formar habilidades de
pensamiento.
- Cambiar la modalidad metodológica, acercándolo a un
método cooperativo donde estén presentes las técnicas informáticas.
- Control énfasis en el desarrollo del equipo – staff
– para la formación en programas que busquen la calidad.
- Crear redes con otros centros e instituciones y
colaboradores de la educación.
- Reestructurar e impulsar las experiencias de
aprendizaje.
Reconocer que los instrumentos de hoy
deben reestructurar la escuela del futuro, pero hay que preparar ese futuro ya
desde ahora con voluntad» (Fogarty, R. y Bellanca, J. en: Costa, A., 1992: 22).
A modo de conclusión sobre el cambio
paradigmático que proponemos, resaltaremos la necesidad de recuperar el sentido
de la misión educativa de toda la sociedad. Siendo conscientes del componente
utópico que tiene la educación, la idea de perfección y de mejora de las
personas nos remite a la dificultad de concretar las metas y objetivos que
debemos ambicionar, así como a los límites del trabajo educativo y a los medios
para realizarlo. No podemos perder de vista el impacto de las aportaciones
tecnológicas sobre el conocimiento y sobre el aprendizaje, en particular. El
educando inicia una etapa de formación que se prolongará toda su vida; por lo
tanto, debe adquirir unas habilidades precisas para «aprender a aprender»
constantemente.
El cambio metodológico ha de basarse en
la aceptación del potencial humano de cada persona. Las estructuras escolares
deben estar en función de las necesidades, de los ritmos y las diversas
capacidades de los alumnos. Escuela y sociedad deben estar más unidas tanto en
la búsqueda de los medios para aprender, como en el logro de los fines últimos
de la educación y la incorporación de los educandos a la vida social y laboral.
La participación de la familia y de la empresa en los distintos momentos del
aprendizaje debe ser cada día mayor.
Comentarios
Mi opinión sobre lo que acabo de leer es que la planificación educativa es un proceso institucional intencionado y deliberado es un tema bastante amplio donde se ofrece la información adecuada y necesaria para el educador y me deja claro que es una guía para mi.
Esta mas que claro que lo leído me deja una visión mas clara para poner en practica la planificación educativa y como educadora que soy estar a la vanguardia y ser competente.
Muy buena información sobre el tema.
Mi nombre es: ESTEFANNY ROSARIO BAEZ MATRICULA:09-SPDS-2-018
LA planificación educativa debe ser suficientemente abierta y flexible
la planificación es la herramienta principar de un educador.
excelente exposición del tema y lo pondré en practica a lo largo de mi carera.
MI nombre es SANTA ROSELIS CAMACHO ROSARIO.
MATRICULA 11-SPDS-2-031
Es posible que estos dos conceptos parezcan muy diferentes sin embargo van de la mano, en lo que tiene que ver con la preparación del individuo, ambos concepto nos capacitan para ser o estar acto para la sociedad, junto forman al ser humano digno y capaz, capaz de conocer sus derechos y cumplir con sus deberes. Esta formación luego será transmitida a sus hijos y la misma ira de generación en generación.
La pregunta de para qué sirve la educación me deja perpleja puesto que no imagino un país sin educación, sería algo catastrófico.
Nombre: Aurea Salomé
Matricula: 02-MEL2-1-017
Queda bien claro que instruir y educación son dos conceptos que se marcan dentro de ámbitos procesuales diferentes, mientras uno se inclina en la suma de enseñar a practicar y aplicar técnicas equivalentes "al saber hacer cosas". El otro, es más amplio porque conlleva interpretar hechos causas, características, consecuencias para entender el individuo que vive en sociedad, además de procesarlo para determinados intereses individuales y colectivas en las sociedades clasistas.
La educación como concepto científico abarca elementos individuales y estructurales mucho más complejo abarca todo el sentido; de la palabra todos los actos del ser social para adaptarlo a vivir en sociedad organizada basadas en principios, valores, fines, planes, objetivos, ideales, derechos y deberes, te convence en vivir en libertad y democracia.
Por otro lado la educación como ciencia te invita a conocer la estructura más importante que tiene cada sociedad "la familia". Con punto de partida organizativa para el funcionamiento del estado nacional.
La educación te permite ser una persona analítica visionaria y critica de la realidad que nos rodea como familia, individuo, sociedad y ofrecer una posible solución a largo, corto y mediano plazo te inscribe dentro de una visión política, patriótica, de establecer cambios estructurales en la sociedad. Finamente hay que entender que los principios y fines de la educación obedece a las líneas filosóficas e ideológicas del sistema predominante en la republica Dominicana y a la clase dominante sociedad burguesa y capitalista.
Karoll Herrera Pérez
13-EPDS-1-182
Queda bien claro que instruir y educación son dos conceptos que se marcan dentro de ámbitos procesuales diferentes, mientras uno se inclina en la suma de enseñar a practicar y aplicar técnicas equivalentes "al saber hacer cosas". El otro, es más amplio porque conlleva interpretar hechos causas, características, consecuencias para entender el individuo que vive en sociedad, además de procesarlo para determinados intereses individuales y colectivas en las sociedades clasistas.
La educación como concepto científico abarca elementos individuales y estructurales mucho más complejo abarca todo el sentido; de la palabra todos los actos del ser social para adaptarlo a vivir en sociedad organizada basadas en principios, valores, fines, planes, objetivos, ideales, derechos y deberes, te convence en vivir en libertad y democracia.
Por otro lado la educación como ciencia te invita a conocer la estructura más importante que tiene cada sociedad "la familia". Con punto de partida organizativa para el funcionamiento del estado nacional.
La educación te permite ser una persona analítica visionaria y critica de la realidad que nos rodea como familia, individuo, sociedad y ofrecer una posible solución a largo, corto y mediano plazo te inscribe dentro de una visión política, patriótica, de establecer cambios estructurales en la sociedad. Finamente hay que entender que los principios y fines de la educación obedece a las líneas filosóficas e ideológicas del sistema predominante en la republica Dominicana y a la clase dominante sociedad burguesa y capitalista.
Karoll Herrera Pérez
13-EPDS-1-182
Este tema pone a la vista el concepto que se tiene de la educación dominicana, nosotros como un sistema educativo bien diseñado y planificado no se ha sido lo suficientemente efectivo para ejecutarlo y llevarlo al plano real.
Son muchas las realidades que inciden en el sistema educativo como son no se esta formando para transformar personas, sino, para insertarla para el mundo laboral ese es un factor que se debe de cambiar como también el concepto de instrucción se debe asociar más al concepto de educación y hacer de ambos un solo enfoque en donde se forma para transformar como también para transmitir esos conocimientos que nuestra familia necesita.
Es preciso señalar que el profesor Francisco Roque hace una parada de razonamiento ante una problemática social hace cambiar a la educación como un hecho social.
En el sistema educativo dominicano hay que hacer un reforzamiento de las bases que fundamentan el sistema educativo como son los principios, los valores, los fines la familia y en conjunto toda la sociedad para llevar a cabo una transformación de crear los medios necesarios para una educación de calidad. Mi opinión es que se debe trabajare como un equipo para conseguir cambiar las realidades de nuestro sistema educativo ya que está perfectamente diseñado pero no establecido, empezando en que la educación es la base fundamental de la sociedad en donde la familia deposita la confianza en los expertos del sistema.
MASIEL RODRIGUEZ
13-EPDS-1-105
MONOGRAFICO OYM
Vemos en este documento desde el inicio la disyuntiva que existe entre la educación y la instrucción, citado por el profesor Francisco Roque.
Partiendo de la idea maturama, que plantea y a la vez se pregunta, para que sirve la educación en nuestro país?; si es solamente para socializar e insertar en la sociedad , y en un mercado laboral a cada individuo o que pueda ser instruido con enseñanzas en áreas o asignaturas para alcanzar un desarrollo a nivel intelectual para así llevarlo a la sociedad con mayor alcance.
La idea de muturama toma mayor fuerza basándose en lo escrito por kovaliov, este se acerca aún mas a la verdad de que debería ser en si la educación no un proceso si no una instrucción.
MI OPINIÓN:
La instrucción se acerca mas a lo que queremos lograr en la educación, debemos de partir de conceptos más claro, para así alcanzar lo que deseamos en la sociedad.
La palabra de Dios dice:
Instruye al niño en su camino , y aun cuando fuere viejo no se apartara de el. Proverbios :22:6
es algo contradictorio lo que plantea los fines y principios del currículo dominicano ya que en su articulo 4 de la ley 6697 dice que la educación estará basada en el respeto de la vida y a los derechos fundamentales de las personas, en este tiempo que vivimos los estudiantes no respetan a los maestro y el respeto a la vida se a perdido pues los seres humanos no sienten con pasión por nadie.
considero que la sociedad sea corrompido tiene poco deberes y muchas libertades, se olvidaron de la familia ya que esta sea desintegrado en su mayoría y la responsabilidad de la educación de los hijos a quedado a cargo de los maestro.
es indispensable que los padres, reflexionen y recapaciten acerca de la sociedad que estamos creando, teniendo en cuenta que los maestros que no son responsables de sus hijos sino que la educación entra primero por casa.
Es algo contradictorio lo que plantea los fines y principios del currículo dominicano ya que en su articulo 4 de la ley 6697 dice que la educación estará basada en el respeto de la vida y a los derechos fundamentales de las personas, en este tiempo que vivimos los estudiantes no respetan a los maestro y el respeto a la vida se a perdido pues los seres humanos no sienten con pasión por nadie.
Considero que la sociedad sea corrompido tiene poco deberes y muchas libertades, se olvidaron de la familia ya que esta sea desintegrado en su mayoría y la responsabilidad de la educación de los hijos a quedado a cargo de los maestro.
Es indispensable que los padres, reflexionen y recapaciten acerca de la sociedad que estamos creando, teniendo en cuenta que los maestros que no son responsables de sus hijos sino que la educación entra primero por casa.
Asciendo énfasis en el concepto de educación ya que se define como la transformación a una persona en una formación integral.
mi opinión: como docente tenemos el reto de hacer cambiar la educación en nuestro país, educando con principios, respectos y valores.
Ya que tenemos que transformar la problemática social que nos afecta en nuestra sociedad, por la carencia de principios y valores que posee los seres humanos en nuestro país, ya que no contamos con el apoyo de la familia ya que por medio de esta empieza la primera educación.
13EPDS-1-020
monografico O&M
13
LUNES, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2016
YISEL SORIANO 12-SPDS-1-089
Plan de Clases 9/9/2016.
Eje Tematico.El Canal de Panama
Area Curricular. Ciencias Sociales
Curso. Tercero
Tiempo Estimado.
Extrategia de Enseñanza Aprendizaje. Lluvias de Ideas,Dialogo,Interactuo
Competencias Especificas.Utilizacion Criticas de Fuentes de Informacion
Contenido Conceptual. Estados Unidos decide realizar el canal interoceanico en la provincia Panameña de Colombia
Contenido Procedimental.Elaboracion de diagramas comparativos de las producciones de exportacion antes y despues
del control del aparato productivo exportador por los Estados Unidos de America
Contenidos Actitudinales.Identificacion de los cambios en la politica de los Estados Unidos hacia America Latina a lo largo del siglo xx
Actividades. Inicio,retroalimentacion del tema anterior, comentar lo que sabe del tema
Desarrollo. Lectura comprenciva de las paginas,10 y 11 de su libro de texto, Lluvias de ideas, aclaracion de alguna duda del tema
Cierre. Acignacion de expocicion al grupo 1
Indicadores de logros. Emplea el pensamiento critico y Analitico al examinar casos de politica imperialistas de los Estados Unidos
en paises de America Latina. Compara deversos casos y plantea metodos o esquemas pancionistas y de acciones que la ingerencia promueva
Recursos. Libros,Mapas, Cuadernos y lapiz
Evaluacion. Participacion, Cuadernos
Publicadas por Cotiz Abreu a la/s 12:47 No hay comentarios.:
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LUNES, 5 DE SEPTIEMBRE DE 2016
5 de septiembre del 2016. Yisel Soriano 12-SPDS-1-089
Las implicaciones reales de la educación
La educación es transmitir valores mientras que instruir es compartir conocimiento los niños necesitan ser educados, y ni la sociedad ni a familia pueden prescindir de esta obligación.
La educación es la base para que una persona se desenvuelva.La educación te lleva a un conocimiento amplio, con el cual puedes tomar mejores decisiones y distinguir lo correcto de lo incorrecto.
Los fines principales de la educación deben ser generales y flexibles para ser aplicados en situaciones o contextos diferentes. La forma de organizar y gestionar una institución educativa con la concepción o paradigma que se considera de acuerdo al énfasis que se ponga en los principios y fines de la educación. ,
La educación de un país debe tener como finalidad que los estudiantes aumenten sus oportunidades de trayectoria profesional y también de desarrollo de competencias que afiancen y aseguren su empleabilidad logrando así una mejor calidad de vida para la sociedad,
La educación es un medio de desarrollo que permite que cada ser humano adquiera los conocimientos, las competencias,las actitudes y los valores necesarios para lograr un futuro sostenible.
Un educador como el profesor Juan Bosch quien fue un apasionado de las letras desde su juventud y cultivó la disciplina literaria en forma de cuentos y relato, es un ejemplo a seguir por el gran desempeño que tuvo como profesor, sin un título universitario se convirtió en escritor y sus obras son leídas en la actualidad. Fue un amante de las letras.
La educación es cambio, es ver la vida y vivirla de otra manera, es luz, es guía, es aprendizaje continuo, es lo que muchos persiguen y pocos alcanzan. Toca puertas y entra si le abres.
La educación para un desarrollo sustentable y sostenible significa plantearse la formación de un ser humano integro ,capaz de reconocer como parte del mundo natural y de relacionarse armónicamente con el . significa formar sujetos con conciencia cívica ,critica y reflexivos .
La educación no solo depende de asistir a la escuela y memorizar todos los datos proporcionados ,no depende solo del sino de los padres y los maestros y demás familiares .La educación es un trabajo en conjunto . para si poder formar una sociedad con conciencia y responsabilidad.
Esto esta escrito por Yajaira Bautista .
Maria Mercedes Quezada de los Santos